Aunque Müller viajará a Barcelona el viernes para dar más detalles, la feria vuelve a lo grande: ocupará 100.000 metros cuadrados, prácticamente todo el recinto ferial. Además, los responsables del salón tienen previsto ubicar un gran escenario a los pies del Palau Nacional destinado a las marcas más selectas. De esta manera, anunció ayer en un comunicado Bread & Butter, se ofrecerá a los visitantes de la edición de invierno "un imponente escenario y una vista panorámica de la avenida Reina Maria Cristina con sus fuentes".
Como ya anunció hace una semana La Vanguardia, el regreso de la edición de invierno de la feria a Barcelona, para la que ya hay reservas hoteleras, responde a una cuestión de clima, a la intención de recuperar el mercado mediterráneo y, a partir de este, revitalizar un certamen que había comenzado a acusar la dura competencia de otros salones de moda, en la propia Berlín, y en otras ciudades como Amsterdam. Las negociaciones entre el salón de moda urbana y Fira Barcelona se llevan fraguando desde hace unos meses con el fin de recuperar un salón que había dado muy buenos resultados.
Con la intención de ampliar el actual mercado, Müller también anunció ayer su primera incursión en Asia y la próxima elección de una ciudad americana para completar lo que denominó el Grand Slam. De momento, el año que viene del 3 al 5 de septiembre la feria celebrará también una edición en Seúl, El fundador de Bread & Butter aseguró que se trata de una ciudad "muy joven, progresiva, hambrienta, independiente, street life y con mucha energía". El acuerdo entre el salón de moda urbana y la ciudad surcoreana se firmó el pasado mes de mayo. Con el fin de que los expositores y las marcas puedan conocer la ciudad y su potencial se ha organizado una visita el próximo septiembre.
En la penúltima edición celebrada en Barcelona en el 2008 el Bread & Butter fue visitado por más de 90.000 personas. Fue días previos a la celebración de la edición de invierno del 2009, cuando La Vanguardia avanzó también la decisión de la organización de regresar a la capital alemana después que el alcalde de esa ciudad les ofreciera gratuitamente el singular aeropuerto de Tempelhof. Su marcha supuso un duro mazazo para los responsables municipales y de Fira Barcelona, de ahí que a los pocos meses se pusiera en marcha un nuevo salón que tenía como objetivo recuperar el vacío que dejaba Bread & Butter en el mundo de la moda, The Brandery, que no ha conseguido fraguar.
Estos días, en la feria de Berlín, veintitrés firmas españolas están presentes en el salón de moda urbana. Entre ellas se encuentran Coolway, Custo Barcelona y Desigual, si bien algunas marcas de reconocido prestigio internacional habían declinado asistir. (LA VANGUARDIA)
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